¡Estúpido
famoso! Seguro que fue él. Me estaba amargando la existencia. No me dejaba
respirar. ¿A qué venían los bombones? ¿A qué venía esa apuesta? Si pensaba que
me iba a enamorar antes de comerme esos bombones lo llevaba claro. ¡Odiaba los
bombones!
El móvil
sonaba en mi habitación. Solté enfadada la caja de bombones y me eché una
carrera hasta alcanzar el aparato electrónico.
-¿Sí?
-Buenos
días, preciosa.
¡No podía
ser! Esto era un infierno. No me dejaba en paz, no me dejaba vivir.
-¿Qué
quieres?
-¿No te
llegó mi regalo?
-Lo hizo.
-¿Y qué?
¿Qué te pareció?
-Zayn, ¿Por
qué no te olvidas de mí y te vas con esas chicas delgadas, altas, rubias y sin
cerebro? Pegan más contigo.
-Porque a mí
me gustas tú. Es más, estoy dispuesto a lo que sea por conseguirte.
-Pues si
estás dispuesto a lo que sea, olvídame.
-Ayer cuando
te besé sentí algo extraño. – Me interrumpió. – Algo bonito, distinto.
Me quedé sin
palabras, inmovilizada. ¿A qué venía esto? ¿Enserio se me estaba confesando un
famoso? Era irónico. Me gano la vida fotografiándoles y, sin embargo, uno de
ellos se estaba “enamorando de mí”
-¿Por qué no
dejas de hacerte la dura e intentas conocerme? Olvídate de que soy Zayn Malik y
de que soy famoso. Olvídate de todo. Te aseguro que no soy el tipo de chico que
tú te piensas. Al contrario, creo que soy el prototipo completamente distinto
al que tú te crees. Queda esta noche conmigo, te prometo que no te defraudaré.
¿Zayn?
¿Enserio estaba hablando él? ¡No estaba siendo basto! Al contrario, sonaba
hasta romántico. Mi respiración empezaba a agitarse sin yo darme cuenta. Seguía
sin poder articular palabra. Sólo se escuchaba silencio a mi lado del teléfono.
-¿Estás ahí?
No sabía que
decir. El chico insistía y yo, ¿me lo estaba pensando?
-Zayn, tengo
que colgar. – Fue lo único que pude articular.
-Respóndeme.
Silencio de
nuevo.
-Hasta
luego.
Me estaba
despegando el teléfono del oído cuando escuché que él continuaba hablando.
-Me paso a
las ocho. Te espero en la puerta de tu casa. Si no bajas, prometo olvidarme de
ti.
Y colgué.
Seguía
paralizada, en shock. Me lo estaba pensando, ¡Me lo estaba pensando! Lo que
estaba pasando no tenía ni pies ni cabeza. Incluso me atrevería a decir que
ojalá le pasase a una de esas fans locas por ellos. ¡Lo aprovecharían más que
yo!
-¿Con quién
hablabas?
Hel apareció
en la puerta con una toalla en la cabeza. Yo no contesté. Estaba sentada en la cama
deshecha de mi habitación.
-¿Con él? –
Insistió.
Narra Zayn.
Colgó. No me
contestó. Esa chica se estaba haciendo bastante de rogar. ¿Acaso dudaba? ¿Acaso
sabía si lo que le decía era mentira? El caso es que, todo lo que le acababa de
decir por ese teléfono, era verdad.
Permanecía
asomado a esa terraza de la casa de Harry, viendo las vistas de toda la ciudad
desde ahí arriba.
-¿Qué haces
aquí solo tan temprano? – Me preguntaron.
-Hola,
Harry.
Le miré tan
solo para saludarle y devolví la mirada a las vistas de la terraza. Apretaba mi
mandíbula, tenía rabia.
-¿Qué te
ocurre?
-Esto es
raro.
-¿El qué? –
Insistía mi amigo.
-Todo esto.
Esa chica. Es mi principal pensamiento. No paro de pensar en ella. Ni si quiera
he conseguido que ella esté cómoda conmigo. ¿Por qué no puede ser como lo es
Hel contigo? Vosotros dos os estáis conociendo, ambos con ganas.
Harry sonrió
mostrando sus hoyuelos y se apoyó con los codos en la barandilla de la terraza,
entrelazando sus manos en el aire.
-Hel es
genial. – Añadió. – Es natural, guapa, sencilla. Es la chica que buscaba.
-¿Ves? A eso
me refiero. Yo quiero eso con ____.
-Superaste
lo de Carol, por lo que veo.
-No es
cuestión de superarlo, simplemente lo asumí. Ella decidió que esto fuese así.
Se fue a Nueva York. Prefirió el dinero al amor.
Harry pasó
su mano izquierda por mi cuello y me empotró contra su pecho revolviéndome el
pelo.
-¿Y qué
harás tú cuando empecemos el tour por el resto del mundo? – Añadió.
Le miré
mientras me separaba de su abrazo y me auto pregunté eso yo mismo. ¿Qué
haría?
Narra ____
-Sí. –
Contesté. – Era él…
Estaba
confusa, demasiado diría yo. Seguía pensándomelo. Ese chico me había
convencido, realmente lo había hecho.
-Parece que
realmente está interesado en ti. – Añadió Hel.
-Lo sé, pero
todo esto es raro y arriesgado. Él es tan diferente a mí. Yo soy humilde,
sencilla, económicamente normal. Sin embargo, él tiene todo lo que yo no tengo.
-Sí se ha
fijado en ti es por algo. – Me interrumpió mi amiga. – Ese chico se lo está
currando. Y como tú dices, ¿por qué sigue insistiéndote si tiene a la chica que
quiera detrás de él? Dale una oportunidad, quizás sea el chico que tú buscabas
siempre.
~
Ocho menos
cuarto. Estaba arreglada y sentada encima de mi cama, mirando de vez en cuando
por la ventana. ¿Vendría? Esa era la pregunta que se me pasaba por la cabeza.
Mi opinión
cambió en tan solo milésimas de segundo.
Un mercedes
negro aparcó delante de mi casa. Me levanté de la cama y me asomé a la ventana,
con la luz apagada, para que no me viese. Él bajó la ventanilla. Llevaba una
chaqueta de cuero y un tupé perfectamente peinado. Después, encendió un cigarro
y se lo colocó en la boca.
Vaya, las
imágenes no mentían. Ese chico fumaba.
Me retiré de
la ventana y me pregunté una última vez “¿Bajas?”. Esperando respuesta a esa
pregunta, coloqué mis shorts y cogí mi bolso negro abandonando mi habitación y
después abandonando mi casa.
Acababa de
llegar a las escaleras de mi portal. Él, acababa de tirar el cigarro por la ventana
del coche, parecía no haberme visto. Estaba retocándose en el espejo que bajó
de techo del coche.
Sonreí inconscientemente al verle . Ladeé mi cabeza, esa sonrisa no debería de existir.
Subió el
espejo y suspiró. Después, miró a través de la ventana, con el cristal aún
bajado y me vio, de pie en el pie de las escaleras, con las manos entrelazadas
y sonriendo como una idiota.
Levantó la
mano y me hizo un gesto para que acudiese al vehículo. Miré a ambos lados de la
calle, la que normalmente estaba deshabitada, y crucé lo más rápido que pude,
rodeando el coche y abriendo la puerta del copiloto.
-Bajaste. –
Dijo con una voz ronca cuando me monté en su coche.
-Eso creo. –
Respondí a su afirmación sonriente.
-Hola,
preciosa.
Su habitual
saludo no podía faltar.
-Hola. –
Musité sonriente.
-Pensaba que
una señorita como usted nunca saldría con alguien como yo.
-No hagas
arrepentirme de haber venido y arranca el coche.
Zayn soltó
una gran carcajada la cual me contagió.
-Y, ¿dónde
quieres que vayamos? - Preguntó.
-¿Dónde
pensabas llevarme?
-Creía que
no vendrías, por eso no pensé nada.
Puse mis
ojos en blanco y miré al exterior a través de la ventana.
-¿Quieres
que vayamos a mi casa? – Preguntó.
Giré el
cuello lo máximo que pude hacia él.
-¿Para qué?
– Pregunté.
-Tranquila,
no por ir a una casa tiene que pasar nada.
Puse una
cara de obviedad y él se echó e reír.
-Está bien,
conozco un sitio precioso cerca de aquí. – Dijo.
Arrancó el
coche sin pedirme opinión y comenzó a conducir. No me llevaría al centro de la
ciudad como la anterior noche, ya que conducía hacia el norte.
Fuimos por
una carretera de dos sentidos, ni si quiera fuimos por autopista.
Ninguno
intercambiábamos ningún tipo de palabra, estábamos callados. Le miraba mientras
su mano derecha estaba situada en el volante.
Empezó a
subir el coche a través de un monte en una carretera siniestra y solo alumbrada
por las tenues luces que desprendían los faros del mercedes de Zayn.
-¿Dónde
vamos? – Pregunté algo asustada.
-Confía en
mí. – Dijo.
Precioso, enserio, me encanta la novela, sube pronto por favor, porque esta genial, super interesante =)
ResponderEliminarEs tan sumamente perfecta que no me canso jamás de leer tus novelas. Por favor, sube capítulo pronto, estoy ansiosa por leer:)
ResponderEliminarTUU1! cuentame ahora mismito q tal con los peqeños!! que fuiste al concierto.. OMG! debio de ser increible!! por cierto el capitulo espectacular, los bombones, el cigarro... zayn concuerda con todo esto!! merci!
ResponderEliminar