Los dos
estábamos montados en el coche. Nada de por medio, ni una palabra, ni una
mirada. Solo su sonrisa permanecía en su rostro.
-¿Quieres
que ponga música? – Preguntó.
Despegué la
mano de mi barbilla y le miré.
-Como
quieras. – Y de nuevo volví a la posición anterior.
-¿Escuchaste
nuestro último single?
-No tengo
interés en vosotros.
Ese chico
sonrió irónicamente.
-No te hagas
la dura. Todas las chicas se mueren por nosotros.
-Todas,
menos yo.
-Qué
orgullosa eres, y qué difícil eres.
-Simplemente
soy sincera. Porque tengas un cochazo y seas el más famoso del universo en este
momento, no me vas a gustar más o menos.
Zayn puso
los ojos en blanco y encendió la radio.
-Vaya, que
raro que no haya ninguna canción nuestra en esta cadena. Cambia, por favor.
-¿Enserio
quieres que busque una cadena donde tengan puesta una canción vuestra?
Zayn asintió
con la cabeza. Yo, resoplé. Ese chico era lo más chulo, prepotente, engreído y
precioso que jamás había visto. Era normal que fuese todos esos anteriores
adjetivos. Tenía todo y más y podía creérselos.
-¿Dónde
vives?
-Sigue
recto.
Él apretó el
acelerador y comenzó a ir más rápido.
-Zayn, ¿te
has vuelto loco? Ve más despacio, por favor.
-Es tarde,
mañana ensayo a primera hora, tengo que descansar.
-¿Y por qué
te ofreciste voluntario para traerme a mi casa? El taxista hubiera estado
encantado de traerme y de llevarse comisión por ello.
-¿Cuántos
años tienes?
-Eso es de
mala educación preguntarlo.
-Bueno, sea
la edad que sea, eres una amargada igualmente.
Él rió.
Sabía que lo que me acababa de decir me pondría de los nervios y saltaría de
nuevo.
-No pienso
enfadarme de nuevo. Parece que es lo único que quieres.
-Vaya, me
vas conociendo.
De nuevo
soltó una carcajada más intensa.
-¡Capullo!
Para. Prefiero ir a pie.
-¿Enserio
vas a ir andando hasta tu casa? Aun te queda un rato.
-¡Si no
sabes donde es!
-Puedo
deducirlo.
-¡PARA! –
Grité.
Ese chico
frenó rápidamente y mi cuerpo se deslizó bruscamente hacia adelante, al igual
que el suyo.
-Vamos,
baja. – Musitó Zayn tocando los seguros del coche.
Cogí el pomo
metalizado de esa puerta y tiré de él. La puerta no se abría. Lo volví a
intentar pero tampoco tuve éxito. Me giré hacia el chico.
-Zayn…
Estaba rojo.
Casi llorando de la risa.
-¡Idiota! –
Le dije golpeando en su perfecto y definido brazo.
-No es por
nada, pero no quiero que te vean saliendo de mi coche. – Dijo retomando un poco
la seriedad. – Recuerda que soy un chico famoso y si te ven saliendo de aquí me
acosaran y perseguirán hasta que les diga la verdad sobre ti. Y eso a ti
tampoco te beneficiará.
Le miré y,
refunfuñando, crucé mis brazos y me apoyé en el respaldo del asiento. Zayn
tenía razón y era la única cosa con sentido que había dicho en todo el
trayecto, incluso en toda la noche.
-¿Tienes
novio? – Preguntó para salir de la rutina de pelea que teníamos desde hacía
unas horas atrás.
-No. – Dije
en la misma posición de enfado. - ¿Y tú? – Me ablandé.
-Con mi
trabajo es difícil mantener una relación. Las fans la atacarían…
-Entiendo.
-Por eso
siempre intento que no me vean con ninguna chica, simplemente, porque creo que
ella sufriría las consecuencias.
Ese chico
tenía razón. Eso nunca lo había pensado. Para ellos las relaciones amorosas no
tenían que ser fáciles, como Zayn decía, las fans atacarían sin ningún
escrúpulo a las chicas que saliesen con ellos. Para las adolescentes ellos eran
como sus Dioses y no perdonarían que alguna chica corriera más suerte que
ellas.
-¿Qué
piensas? – Preguntó sonriendo.
-Tu vida
tiene que ser difícil… Digo, ser tan famoso tiene que ser agobiante.
-Adoro mi
trabajo y adoro la empatía que tienen todas las fans con nosotros. Pero es algo
agobiante. Mi vida jamás volverá a ser tranquila. Vaya a donde vaya miles de
fans querrán hacerse fotos conmigo, autógrafos o un simple abrazo. Pero las adoro y
sin ellas no habríamos llegado hasta aquí, así que, acepto encantado una foto, autógrafo o abrazo que quieran de mi.
Esas
palabras que salían de la boca de ese chico parecían ser las de un chico sereno
y maduro. Las de otra persona que no era precisamente la que minutos antes me
hubiera estado atacando.
-Ya hemos
llegado. – Dijo finalmente.
-¿Ya? ¿Cómo
has encontrado mi casa? – Pregunté saliendo de ese estado de shock en el que me
encontraba por todo lo que me había confesado.
-Te dije que
podía deducirlo, y ya ves.
Sonreí.
-Gracias,
Zayn.
-Un placer.
Fui a abrir
la puerta del coche, pero de nuevo me pasó lo mismo, no se abrían.
-Zayn, los
seguros…
El chico
miraba por los espejos retrovisores. Suspiró de alivio y desprotegió el coche.
-Buenas
noches. – Le dije agarrándome el vestido para abandonar el vehículo.
-Oye. – Me
dijo.
-¿Qué?
-¿Me das tu
teléfono?
-¿El chico
de la banda de moda pidiéndome el teléfono? Algo falla, debería de ser al
revés, ¿no crees? – Dije mientras salía del coche.
-No puedo
darte mi teléfono. Entiéndeme. Aún no te conozco lo suficiente.
-Entonces,
puedo decirte lo mismo.
Le guiñé un
ojo y cerré la puerta del copiloto. Él bajó la ventanilla.
-¿Cómo podré
volver a hablar contigo?
-Sabes donde
vivo, ¿no?
Le sonreí y
abrí la puerta del portal sonriendo. Me metí dentro y desaparecí.
Ahí le dejé
a él, con una sonrisa de tonto dentro de ese coche de lujo. Ese chico, tenía
algo.
Me adentré
en el ascensor mirándome al espejo. ¿Enserio había estado con estas pintas con
este chico?
Pero, ¿qué más daba? Si a mi ese chico no me gustaba. Pero, por
pura dignidad, estaba horrorosa. Esa copa me había dejado mala cara. Se notaba
que no estaba acostumbrada a beber.
El timbre
del ascensor anunciaba que había llegado hasta mi piso. Lo abandoné entrelazándome
en ese vestido y saqué la llave para abrir la puerta. Me quité de dos patadas
los tacones y, después, fui directa hacia la habitación donde me quité
directamente el vestido. ¡Por fin solo en ropa interior! Ese vestido y esos
tacones me estaban matando.
Hel no
debería de estar en casa, ¿dónde se habría ido con ese chico? Me surgía
curiosidad. ¿La llamaba?
Pero, ¿y si les cortaba el royo? Mejor sería esperar.
Eso que me dijo Zayn tenía razón. Ella era lo suficiente mayorcita como para
saber qué hacía.
Fui, aun en
ropa interior, a la cocina, donde saqué una botella de agua y bebí media de un
trago.
Me sentó
realmente bien.
-Buenas
noches. – Una voz aparecía por la puerta de la cocina.
-Buenas
noches. – Contesté dándole el último trago a esa botella sin darle importancia
a lo que me acababan de decir.
-Bonito
conjunto, por cierto.
Agité la
botella y no cayó ninguna gota más, ahí fue cuando me di cuenta de que esa voz
era de un chico y no exactamente reconocida por mí.
-¡Oh Dios
mío! – Exclamé.
Ese chico
tenía entre sus manos una chaqueta de cuero y estaba riéndose a más no poder,
incluso rojo. Era ese tal Harry Styles. Hel se lo debió de traer aquí.
-¿Qué haces
aquí?
-Ya me iba.
-¡Pero no
mires! – Dije buscando como una desesperada algo con lo que taparme con la
cocina.
-Tranquila,
¿eh? No me voy a asustar. – Dijo riendo aún más.
¿Otro como ese
chulo morenito que me había traído a casa? Seguro que ese tal Styles lo sería
más.
Rió aún más
cuando me coloqué un delantal penoso para taparme.
-No te
tapes, mujer. Si tienes un bonito cuerpo.
-¡Lárgate!
-¡Harry! –
Hel acababa de aparecer con un vestido blanco. -¿Qué haces aún aquí?
-Tu amiga me
saludó de una forma original. Es simpática.
-Lo es. –
Contestó Hel sonriendo.
-Bueno, me
voy. Un placer. – Dijo ese chico sonriéndome.
Yo debería
de estar roja. Más que un tomate si se puede.
Hel empujaba
a Harry hasta la puerta y cerró. Después, se dirigió hacia la cocina.
-¡Menudo
hombre! – Exclamó Hel.
-No quiero
detalles, gracias.
-No te los
iba a dar. – Dijo abriendo la nevera y sacando el cartón de leche. – Necesito
recobrar fuerzas.
-Madre mía,
Hel. Como se entere Jones nos mata…
-¡Vamos,
____! Es la primera vez que mezclo trabajo con placer. Nadie se enterará. Parece
un chico precavido.
-¡Es un
crío! ¡Tiene diecinueve años y tú veintitrés casi veinticuatro! – Exclamé quitándome
de nuevo el delantal.
-¿Tú sabes cómo
es ese “crío”? – Hizo comillas con los dedos. – El mejor chico con el que me he acostado en los cuatro últimos meses.
-Dios, Hel.
Te dije que no quería detalles.
-¡Tú misma
los estás replicando!
-Mejor me
voy a dormir…
-¿Qué tal con
el pijito ese de Zayn?
-Solo me
trajo a casa.
-¡¿Nada más?!
-¿Qué
quieres? Yo no me acuesto con un tío la primera noche. No soy así.
-Estrecha… -
Dijo pasando a mi lado y dándome un beso en la mejilla. – Buenas noches.
-Buenas
noches… - Dije metiéndome en mi habitación.
amo como escribes, enserio, siguiente :)
ResponderEliminardios mioo!1 es q es impresionante la forma en la q describes a zayn y a harry1! chulescos en carácter y guapisimos en fisico1! m encanta d verdad nereaa!! esta novela m da muy muy buenas vibraciones! ajajaj merci!!
ResponderEliminar