domingo, 12 de mayo de 2013

Capítulo 3.


Los dos estábamos montados en el coche. Nada de por medio, ni una palabra, ni una mirada. Solo su sonrisa permanecía en su rostro.

-¿Quieres que ponga música? – Preguntó.

Despegué la mano de mi barbilla y le miré.

-Como quieras. – Y de nuevo volví a la posición anterior.
-¿Escuchaste nuestro último single?
-No tengo interés en vosotros.

Ese chico sonrió irónicamente.

-No te hagas la dura. Todas las chicas se mueren por nosotros.
-Todas, menos yo.
-Qué orgullosa eres, y qué difícil eres.
-Simplemente soy sincera. Porque tengas un cochazo y seas el más famoso del universo en este momento, no me vas a gustar más o menos.

Zayn puso los ojos en blanco y encendió la radio.

-Vaya, que raro que no haya ninguna canción nuestra en esta cadena. Cambia, por favor.
-¿Enserio quieres que busque una cadena donde tengan puesta una canción vuestra?

Zayn asintió con la cabeza. Yo, resoplé. Ese chico era lo más chulo, prepotente, engreído y precioso que jamás había visto. Era normal que fuese todos esos anteriores adjetivos. Tenía todo y más y podía creérselos.

-¿Dónde vives?
-Sigue recto.

Él apretó el acelerador y comenzó a ir más rápido.

-Zayn, ¿te has vuelto loco? Ve más despacio, por favor.
-Es tarde, mañana ensayo a primera hora, tengo que descansar.
-¿Y por qué te ofreciste voluntario para traerme a mi casa? El taxista hubiera estado encantado de traerme y de llevarse comisión por ello.
-¿Cuántos años tienes?
-Eso es de mala educación preguntarlo.
-Bueno, sea la edad que sea, eres una amargada igualmente.

Él rió. Sabía que lo que me acababa de decir me pondría de los nervios y saltaría de nuevo.

-No pienso enfadarme de nuevo. Parece que es lo único que quieres.
-Vaya, me vas conociendo.

De nuevo soltó una carcajada más intensa.

-¡Capullo! Para. Prefiero ir a pie.
-¿Enserio vas a ir andando hasta tu casa? Aun te queda un rato.
-¡Si no sabes donde es!
-Puedo deducirlo.
-¡PARA! – Grité.

Ese chico frenó rápidamente y mi cuerpo se deslizó bruscamente hacia adelante, al igual que el suyo.

-Vamos, baja. – Musitó Zayn tocando los seguros del coche.

Cogí el pomo metalizado de esa puerta y tiré de él. La puerta no se abría. Lo volví a intentar pero tampoco tuve éxito. Me giré hacia el chico.

-Zayn…

Estaba rojo. Casi llorando de la risa.

-¡Idiota! – Le dije golpeando en su perfecto y definido brazo.
-No es por nada, pero no quiero que te vean saliendo de mi coche. – Dijo retomando un poco la seriedad. – Recuerda que soy un chico famoso y si te ven saliendo de aquí me acosaran y perseguirán hasta que les diga la verdad sobre ti. Y eso a ti tampoco te beneficiará.

Le miré y, refunfuñando, crucé mis brazos y me apoyé en el respaldo del asiento. Zayn tenía razón y era la única cosa con sentido que había dicho en todo el trayecto, incluso en toda la noche.

-¿Tienes novio? – Preguntó para salir de la rutina de pelea que teníamos desde hacía unas horas atrás.
-No. – Dije en la misma posición de enfado. - ¿Y tú? – Me ablandé.
-Con mi trabajo es difícil mantener una relación. Las fans la atacarían…
-Entiendo.
-Por eso siempre intento que no me vean con ninguna chica, simplemente, porque creo que ella sufriría las consecuencias.

Ese chico tenía razón. Eso nunca lo había pensado. Para ellos las relaciones amorosas no tenían que ser fáciles, como Zayn decía, las fans atacarían sin ningún escrúpulo a las chicas que saliesen con ellos. Para las adolescentes ellos eran como sus Dioses y no perdonarían que alguna chica corriera más suerte que ellas.

-¿Qué piensas? – Preguntó sonriendo.
-Tu vida tiene que ser difícil… Digo, ser tan famoso tiene que ser agobiante.
-Adoro mi trabajo y adoro la empatía que tienen todas las fans con nosotros. Pero es algo agobiante. Mi vida jamás volverá a ser tranquila. Vaya a donde vaya miles de fans querrán hacerse fotos conmigo, autógrafos o un simple abrazo. Pero las adoro y sin ellas no habríamos llegado hasta aquí, así que, acepto encantado una foto, autógrafo o abrazo que quieran de mi. 

Esas palabras que salían de la boca de ese chico parecían ser las de un chico sereno y maduro. Las de otra persona que no era precisamente la que minutos antes me hubiera estado atacando.

-Ya hemos llegado. – Dijo finalmente.
-¿Ya? ¿Cómo has encontrado mi casa? – Pregunté saliendo de ese estado de shock en el que me encontraba por todo lo que me había confesado.
-Te dije que podía deducirlo, y ya ves.

Sonreí.

-Gracias, Zayn.
-Un placer.

Fui a abrir la puerta del coche, pero de nuevo me pasó lo mismo, no se abrían.

-Zayn, los seguros…

El chico miraba por los espejos retrovisores. Suspiró de alivio y desprotegió el coche.

-Buenas noches. – Le dije agarrándome el vestido para abandonar el vehículo.
-Oye. – Me dijo.
-¿Qué?
-¿Me das tu teléfono?
-¿El chico de la banda de moda pidiéndome el teléfono? Algo falla, debería de ser al revés, ¿no crees? – Dije mientras salía del coche.
-No puedo darte mi teléfono. Entiéndeme. Aún no te conozco lo suficiente.
-Entonces, puedo decirte lo mismo.

Le guiñé un ojo y cerré la puerta del copiloto. Él bajó la ventanilla.

-¿Cómo podré volver a hablar contigo?
-Sabes donde vivo, ¿no?

Le sonreí y abrí la puerta del portal sonriendo. Me metí dentro y desaparecí.

Ahí le dejé a él, con una sonrisa de tonto dentro de ese coche de lujo. Ese chico, tenía algo.

Me adentré en el ascensor mirándome al espejo. ¿Enserio había estado con estas pintas con este chico? 

Pero, ¿qué más daba? Si a mi ese chico no me gustaba. Pero, por pura dignidad, estaba horrorosa. Esa copa me había dejado mala cara. Se notaba que no estaba acostumbrada a beber.

El timbre del ascensor anunciaba que había llegado hasta mi piso. Lo abandoné entrelazándome en ese vestido y saqué la llave para abrir la puerta. Me quité de dos patadas los tacones y, después, fui directa hacia la habitación donde me quité directamente el vestido. ¡Por fin solo en ropa interior! Ese vestido y esos tacones me estaban matando.

Hel no debería de estar en casa, ¿dónde se habría ido con ese chico? Me surgía curiosidad. ¿La llamaba? 

Pero, ¿y si les cortaba el royo? Mejor sería esperar. Eso que me dijo Zayn tenía razón. Ella era lo suficiente mayorcita como para saber qué hacía.

Fui, aun en ropa interior, a la cocina, donde saqué una botella de agua y bebí media de un trago.

Me sentó realmente bien.

-Buenas noches. – Una voz aparecía por la puerta de la cocina.
-Buenas noches. – Contesté dándole el último trago a esa botella sin darle importancia a lo que me acababan de decir.
-Bonito conjunto, por cierto.

Agité la botella y no cayó ninguna gota más, ahí fue cuando me di cuenta de que esa voz era de un chico y no exactamente reconocida por mí.

-¡Oh Dios mío! – Exclamé.

Ese chico tenía entre sus manos una chaqueta de cuero y estaba riéndose a más no poder, incluso rojo. Era ese tal Harry Styles. Hel se lo debió de traer aquí.

-¿Qué haces aquí?
-Ya me iba.
-¡Pero no mires! – Dije buscando como una desesperada algo con lo que taparme con la cocina.
-Tranquila, ¿eh? No me voy a asustar. – Dijo riendo aún más.

¿Otro como ese chulo morenito que me había traído a casa? Seguro que ese tal Styles lo sería más.

Rió aún más cuando me coloqué un delantal penoso para taparme.

-No te tapes, mujer. Si tienes un bonito cuerpo.
-¡Lárgate!
-¡Harry! – Hel acababa de aparecer con un vestido blanco. -¿Qué haces aún aquí?
-Tu amiga me saludó de una forma original. Es simpática.
-Lo es. – Contestó Hel sonriendo.
-Bueno, me voy. Un placer. – Dijo ese chico sonriéndome.

Yo debería de estar roja. Más que un tomate si se puede.

Hel empujaba a Harry hasta la puerta y cerró. Después, se dirigió hacia la cocina.

-¡Menudo hombre! – Exclamó Hel.
-No quiero detalles, gracias.
-No te los iba a dar. – Dijo abriendo la nevera y sacando el cartón de leche. – Necesito recobrar fuerzas.
-Madre mía, Hel. Como se entere Jones nos mata…
-¡Vamos, ____! Es la primera vez que mezclo trabajo con placer. Nadie se enterará. Parece un chico precavido.
-¡Es un crío! ¡Tiene diecinueve años y tú veintitrés casi veinticuatro! – Exclamé quitándome de nuevo el delantal.
-¿Tú sabes cómo es ese “crío”? – Hizo comillas con los dedos. – El mejor chico con el que me he acostado en los cuatro últimos meses.
-Dios, Hel. Te dije que no quería detalles.
-¡Tú misma los estás replicando!
-Mejor me voy a dormir…
-¿Qué tal con el pijito ese de Zayn?
-Solo me trajo a casa.
-¡¿Nada más?!
-¿Qué quieres? Yo no me acuesto con un tío la primera noche. No soy así.
-Estrecha… - Dijo pasando a mi lado y dándome un beso en la mejilla. – Buenas noches.
-Buenas noches… - Dije metiéndome en mi habitación. 


2 comentarios:

  1. amo como escribes, enserio, siguiente :)

    ResponderEliminar
  2. dios mioo!1 es q es impresionante la forma en la q describes a zayn y a harry1! chulescos en carácter y guapisimos en fisico1! m encanta d verdad nereaa!! esta novela m da muy muy buenas vibraciones! ajajaj merci!!

    ResponderEliminar