*ESCUCHAR MIENTRAS SE LEE*
Esperaba ansiosa dentro de los patios de la revista. A mi lado estaba Cody, con la mirada fijada en mí y en mi desesperación.
Tenía ganas
de derrumbarme, muchísimas. Pero por alguna razón, quizás el estado de shock en
el que me encontraba, me impedía romper a llorar.
-¿Estás
bien? – Preguntó Cody.
-Intento.
-Lo mejor
será que te tranquilices.
-Lo sabe,
Cody.
-Pero tú no
has publicado esas fotos. No tienes por qué sentirte culpable.
Miré al
suelo y pestañeé rápidamente para evitar, ahora sí, salir las lágrimas de mis
ojos.
Estaba perdida,
aturdida. Un montón de sentimientos se apoderaban de mí en ese momento, y
ninguno bueno.
-Será mejor
que te metas adentro. – Musité.
-Esperaré a
que llegue Zayn.
-No hace
falta, Cody. Estoy bien.
El chico se
acercó a mí y me levantó la barbilla para dirigir sus ojos a los míos.
-No lo
estás. – Susurró. – No te pienso dejar
sola.
Sonreí
débilmente. Si no fuera por Cody, ahora mismo estaría tirada en el suelo,
pataleando como una niña que acaba de perder su osito de peluche favorito.
-Gracias, de
verdad.
-No soy
ningún desconocido, no me las des.
El sonido de
un motor hizo que mis ojos se acercasen a una pequeña rendija que había al lado
de la puerta de los patios.
Ahí estaba
ese mercedes negro que tantas veces ya me había montado.
-Ahí está. –
Dije alejándome de él.
-Mucha
suerte. – Musitó.
Le sonreí en
forma de agradecimiento y, tras pasar el
lector, se abrió la puerta.
Un leve brote
de aire me alborotó el pelo. Sujeté mi bolso fuerte para que no le desplazase a
él y atravesé la puerta cuando se terminó de abrir.
Cogí aire.
Me estaba intentando auto convencer de lo que me esperaba ahora no iba a ser
nada fácil. Ni mucho menos.
Al contrario.
Coloqué mi
pelo mientras andaba hacia el vehículo. Rezaba porque él no estuviese muy
enfadado.
A punto de
montarme en él, mi móvil comenzó a sonar en el interior del bolso.
Lo miré
sobresaltada y lo saqué. Era Hel, ¿qué habría averiguado?
-¿Sí?
-Hola, ____.
-Hola, Hel.
-Tengo malas
noticias.
Miré por un
momento al coche donde dentro estaba Zayn, intentando disimular lo máximo
posible.
Del interior
del coche salía humo, por lo que supe que estaba fumando.
No sabía si
tenía exactamente el valor suficiente como para saber cómo llegó esa foto hasta
ahí, pero ya no había marcha atrás. El daño ya estaba hecho.
-Dímelas. –
Musité, casi sin fuerza.
-Las han
subido desde tu cuenta.
-¿Desde mi
cuenta? ¡Hace siglos que no la uso, Hel!
-Lo sé. Pero
alguien ha conseguido hackearla. Las fotos están subidas desde ahí.
-Pero… ¡Es
una tontería! ¿Cómo iba a querer delatarme yo misma?
Estaba
desesperada y la impotencia se apoderaba de mí.
-Es todo muy
raro.
Zayn asomó
algo su cabeza para mirarme.
-Hel, te
dejo. Luego te llamo.
Colgué el
teléfono.
Lo guardé en
el bolso mientras me iba dirigiendo al coche. Mi pulso temblaba y mi corazón
parecía pedir paso para salirse de mi pecho.
No estaba
preparada para escuchar lo de ese chico, y menos ahora.
Agarré el
pomo de la puerta y tiré de él hacía mí.
Cerré los
ojos intentando evitar que las lágrimas aguantasen, aun que fuesen unos
minutos.
-Hola. –
Saludé mientras tomaba asiento.
El chico colocó
la visera de la gorra que llevaba en su cabeza.
-Hola. –
Saludó, seco.
El silencio
reinaba mientras el motor del coche rugía, pero el vehículo no se movía.
Zayn tenía
las dos manos entrelazadas, esperando un argumento que jamás iba a llegar.
Me miró
entendiendo que no lo iba a hacer y mordió sus labios pasando previamente la
lengua sobre ellos para humedecerlos
-No puedo
creer que hayas hecho esto. – Dijo, casi sin fuerza.
-Zayn, no…
-No. – Me interrumpió.
– Te he dado tiempo para que te expliques.
-No he sido
yo, joder.
-¡Fuiste tú!
Quisiste joderme. ¿Cómo pude ser tan imbécil? Lo único que querías era el
dinero, tu ascenso, tu beneficio. Yo a ti no te importo.
Las lágrimas
comenzaban a abandonar las órbitas de los ojos de Zayn.
Se llevó las
manos a la cara para evitar que le viese.
-¡Se lo dijiste!
– Exclamó.
-Yo no he
dicho nada, Zayn. Te lo prometo. No fui yo.
-Admítelo.
-¿Cómo quieres
admita algo que no he hecho? Zayn, tienes que creerme. Jamás les diría nada. No
quiero fama, no quiero dinero ni tampoco méritos que no son míos. Nunca te
haría esto, te lo prometo.
Mis lágrimas
no pudieron resistir más y comenzaron a caer como una cascada por mi rostro,
esparciendo todo el maquillaje sobre él.
-Pues lo has
hecho. – Susurró.
-¿No me vas
a creer? – Pregunté.
Levantó la
cabeza, la cual tenía dirigida a sus manos, y coincidió sus ojos rojos y
encharcados con los míos, que se encontraban en la misma situación.
-No puedo.
El chico negaba
lentamente con la cabeza.
Respiré
fuerte y llené mis pulmones de aire suficiente para preguntarle.
-¿Qué
quieres decir con esto, Zayn?
-No me
gustan las personas interesadas.
-¡Y no lo soy! - Exclamé desesperada.
-No quiero
volver a verte, _____.
Mi cabeza se
giró bruscamente hacia sus ojos.
-¿Cómo? –
Exclamé.
Las lágrimas
no paraban de caer sobre mi rostro. No podía parar de llorar.
-Vete. – Me ordenó.
Giró la cara
hacia la ventana mientras ponía su dedo índice en la barbilla. No quería que le
viese llorar.
Le miré.
Cogí aire para decirle algo, para insistirle. Pero rápidamente lo solté cuando me
di cuenta de que era inútil.
Agarré mi
bolso y después abrí la puerta de ese mercedes negro por última vez.
La cerré
bruscamente y, limpiándome el rostro, fui hacia el parking para recoger mi
coche.
Al girar la
esquina un montón de periodistas estaban esperando, seguramente a alguien como
yo. O mejor dicho, a mí.
Me colocaba
las gafas de sol en los ojos para que no me viesen derrumbada.
Todos se
abalanzaron sobre mí, no me dejaban espacio.
Los micrófonos
se ponían cerca de mi boca y las cámaras intentaban grabar algún testimonio.
Flashes de cámara me alumbraban.
“¿Por qué
publicaste esas fotos en internet?” “¿Es cierto que llevabais esta relación en secreto?” “Si es así, ¿Qué te llevó a traicionar de esa manera a Zayn Malik?”
Miles de
preguntas a las cual ignoraba.
¿Ahora mí
día a día iba a ser así?
Jamás me
había dado cuenta de lo angustioso que puede llegar a ser para alguien este
tipo de vida, pero jamás me di cuenta de que yo era como ellos. Sin embargo,
todos esos periodistas no se daban cuenta de ello, que yo era una más. Una
periodista que se dedicaba a fotografiar a los famosos para llegar a fin de mes
con un sueldo estable.
Andaba abriéndome
paso entre toda esa multitud de medios de comunicación.
Saqué el
lector para abrir la puerta y lo pasé por los infrarrojos.
-Yo no he
sido.
Exclamé a
todos esos medios de comunicación que me rodearon antes de entrar al parking.
Después,
atravesé esa puerta, cerrándola, dejando atrás a todos esos periodistas que buscaban información que no recibirían.
Cogí
fuertemente aire y lo solté con demasiada fuerza.
Mi cuerpo se
apoyó en la pared y comenzó a resbalar hasta contactar con el frío suelo.
Recordé
todos los momentos que había pasado con él. La fiesta, el restaurante, el
mirador, el parque de atracciones, el concierto, los ensayos…
Todos esos
momentos increíbles que había vivido con él, llegaban a su fin.
Él mismo me
lo había confirmado; ya no quería verme, no quería saber nada más de mí.
Aquí acababa
mi intensa relación con ese famosito al que no soportaba y, ahora, sin embargo,
estaba enamorada de él hasta el último mililitro de sangre de mi cuerpo.
Por esa
sencilla y simple razón, no iba a parar de buscar al culpable de todo esto, porque estaba enamorada de él y le necesitaba a mi lado, para siempre.
Me encantó!!!!
ResponderEliminarPor un lado no quiero que se acabe, pero por otro si!!!!
Sube pronto, tu novela es muy adictiva enserio =)
Amo tu novela ojala pudiera escribir = q tu!!!no quiero q se acabe suu relacion besazos cari!!!
ResponderEliminarDe verdad que no, que no puedo.. demasiados conceptos y ... esto es por lo que leo tu novela, todos lo capítulos, todas estas canciones.. GUAU, un gracias es pequeño, lo siento
ResponderEliminar