martes, 4 de junio de 2013

Capítulo 22.

Narra Zayn:

Mensaje enviado. Acabábamos de terminar el ensayo, mañana sería el concierto.

Estaba sentado en el borde del escenario, moviendo mi mano por todas partes de mi cabeza.

Estaba feliz, había conseguido lo que quería, a ella. Aun que, desgraciadamente, la alegría me duró poco. Carol seguía incordiándonos a todos, sobre todo a mí.

Ladeé mi cabeza y procuré no preocuparme más por el tema de ella. Ya se cansaría de rogarme y de esperar respuesta, la cual no obtendría.

-¿Qué haces aquí tu solo? Los chicos se han ido a dentro.

Taylor aparecía por el escenario, atravesándolo y sentándose al borde, a mi lado.

-Hola, Tay.

Ella sonrió y metió sus manos debajo de sus piernas.

-¿Te pasa algo? – Preguntó extrañada.
-No. Nada.
-Te fue a ver, ¿no?
-Sí, lo hizo.
-Intenté convencerla, pero fue imposible.
-¿Cómo entró, Tay?
-No lo sé. Tuvo que ingeniárselas bien, ni siquiera tenía un pase.

Regresé la mirada a las vallas donde las chicas se pondrían para coger primera fila.

-Ya veo… - Encogí los hombros y volví mi mirada a ella.

Esa chica era muy guapa, demasiado. Sus ojos celestes tenían algo curioso, diferente.

-¿Qué miras? – Preguntó con una sonrisa en su cara, encogiendo algo los hombros sin saber qué era lo que miraba.
-Tus ojos. – La contesté.

Ella sonrió y sus mofletes enrojecieron algo.

-¿Qué les pasa?
-Son bonitos.

Ella sonrió y miró hacia abajo intentando ocultar su vergüenza.

-Me voy a ir ya, Tay. – Le dije.
-Sí, yo también. Tengo que ir a retocaros la ropa para el tour. – Me informó.

Me levanté del escenario y sacudí mis pantalones, guardándome el móvil en uno de los bolsillos. Después, me acerqué a la chica y la cedí mi mano para ayudarla a levantarse.

Ella sonrió y puso su mano en la mía. Tiré de ella hacia arriba y se levantó.

Sin embargo, no se levantó como normalmente, sino que, se quedó pegada a mí. Muy cerca de mi cara, muy cerca de mis labios.

Narra _____

-¿Qué pasa? – Pregunté a una chica que andaba por ahí, intentando averiguar lo mismo que yo.
-No tengo ni idea. – Contestó. – Seguramente algún famoso.

Me encogí de hombros y regresé a mi ordenador. Arrastré la silla hacia atrás y, sin darle mayor importancia, tomé asiento.

-¡No! – Exclamó Hel detrás de mí. –No te sientes.

Me levanté acto seguido y la miré.

-¿Qué pasa? – Pregunté alarmada.
-Carol…

Su cara entristeció al pronunciar ese nombre. Sin embargo, la mía no encontraba el gesto con el cual expresarse.

-¿Qué hace ella aquí? – Exclamé.
-Dice que ha vuelto con Zayn.

Mi cara ahora sí que estaba totalmente descuadrada.

-¡¿Qué?!
-Quiere hablar con Jones. – Me informó Hel.
-¿Qué coño pinta ella aquí?

Pasé al lado de Hel dándome un leve golpe con su hombro. Fui apresuradamente al ascensor y pulsé el botón. A los segundos, apareció Hel detrás de mí.

-¿Dónde vas? – Preguntó metiéndose en el ascensor conmigo.
-Voy a hablar con ella.
-¿Estás loca?
-Hel, Zayn es mío.

La cara de mi mejor amiga se descuadró cuando escuchó eso.

-¿Cómo que es tuyo? – Preguntó encogiéndose de hombros
-Es mi novio. Él es mío.

Hel abrió la boca de par en par y se acercó a mí.

-¿Y has tardado tanto en contármelo?
-No he tenido tiempo. – La contesté.

Se abrió la puerta del ascensor y abandoné el armatoste. Apresuré de nuevo el paso atravesando el gran hall que había en esas oficinas.

-¿Y cómo? – Preguntaba Hel detrás de mí, sofocada.

Ignoré su pregunta obvia y tiré de la puerta de la entrada.

Los hombres de seguridad que retenían a la chica giraron su cara para mirarme. La chica levantó su mirada también.

Cuando nuestros ojos chocaron, ella sacó la misma sonrisa malvada que el día anterior lucía.

-Hola, cielo. –Dijo dejando de hacer fuerza en contra de los guardias.

Entrecerré los ojos y la miré con rencor.

-¿La conoces? – Me preguntó uno de los hombres.
-Sí.
-¿La dejamos pasar? – Insistió.

Baje las escaleras, también ignorando la pregunta de ese hombre, que no la soltaba, y me situé delante de esa chica.

-¿Qué haces aquí? – Le pregunté con rabia.
-Quiero hablar con el señor Jones. – Dijo risueña.
-No está.
-Quiero contarle lo bien que me lo pasé anoche con Zayn, en la cama de mi hotel. – Dijo entre sonrisas.

Apreté los dientes.

-Hija de puta.- Susurré.
-Tranquila, cielo. Él solo se acuerda de ti para sacar el lado empalagoso y romántico. Pero, ya estoy yo ahí que sé darle más cosas a parte de besos.

Algo instantáneo salió de mí. Mi puño se elevó y quería ir a parar a la cara de esa chica, pero alguien lo retuvo.

-¿Estás loca? – Preguntó Hel sujetándome la mano.

La chica empezó a agitarse riéndose a carcajadas y los hombres de seguridad la agarraron con fuerza.

-Déjame, Hel. -  La pedí.
-¡NO! – Exclamó ella dando la vuelta a mi cuerpo y poniéndome de frente a sus ojos. – Estás en tu trabajo. Como la toques un pelo, no solo te quedarás sin ascenso, sino que te quedarás sin trabajo. – Me dijo mi mejor amiga intentándome calmar.
-Hel, quiere dar una noticia falsa. Zayn no es su novio. Zayn no está con ella. ¡Está conmigo!  
-Pero eso Jones no lo puede saber. – Me interrumpió Hel sujetándome más fuerte las manos. – Déjala, que diga lo que quiera. Además, Jones no está, nadie la puede atender.

Bajé mi mirada y respiré profundamente un par de veces para tranquilizarme.

Miré hacia atrás y ella seguía risueña, sujetada por esos dos hombres.

La mandé una mirada con desprecio y subí las escaleras de la entrada, hasta llegar a la puerta del hall.

-Echadla de aquí, por favor. – Les rogó Hel a los hombres, que acto seguido, se abalanazaron sobre ella para echarla de los patios de las oficinas.
-No. – Interrumpió Carol. – Me voy yo sola.

Me detuve para esperar a Hel y de nuevo miré la silueta de esa repugnante chica.

-Pero esto no queda aquí. – Amenazó Carol. – Siempre me salgo con la mía, querida.

Sonrió maliciosamente dejando atrás a los guardias que cerraban las puertas de los patios.

Narra Zayn.

Ambos nos mirábamos pendientes. ¿Cómo estábamos tan cerca? Ninguno lo sabíamos.

Una sonrisa de la chica hizo que me diese cuenta de la situación y la soltase para alejarme.

-¿Qué ha pasado? – Preguntó Taylor riéndose.
-No sé… ha sido raro. – Contesté yo.
-Lo ha sido.

Ambos reímos.

-¿Haces algo a la hora de la comida? – Me preguntó la chica.
-He quedado. – Contesté girando el labio.
-Vaya... - Soltó desilusionada. - ¿Y para cenar tiene planes el chico ocupado? – De nuevo me preguntó, y esta vez, me lo tomé como algo más sugerente.
-Aún no lo sé.-  Me encogí de hombros. – Es lo que tiene la vida de un famoso.
-Bien, te llamaré. Si no tienes nada que hacer, ¿Me permites invitarte a cenar?

Levanté la mirada corriendo y la miré a los ojos tan azules que tenía. ¿Mi estilista pidiéndome una cita? No entendía nada, pero, ¿Por qué? Yo no sabría si podía, había quedado con _____.

-Sí. – Contesté inconscientemente. – Claro.

La chica sonrió satisfecha por la respuesta y abandonó el escenario.


Yo, sin embargo, me quedé ahí intentando cuadrar todo lo que acababa de pasar.



3 comentarios:

  1. Perfecto, perfecto, y perfecto.
    Ahora puedo dormirme en paz
    Besos <3

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  2. Siguienteeeee , me tienes engachada a la anovela.

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  3. Ay ay ay! Que perfecto! Toda la tarde y noche esperando el capítulo y ha valido la pena como siempre! Un beso y SIGUIENTE!

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