sábado, 29 de junio de 2013

Capítulo 38.

Narra Zayn

Mis manos metidas en los bolsillos de mi pantalón ajustado. Empezaba a hacer frío en esas calles.

Miraba a todos los lados posibles pero no había rastro de Taylor.

Mi cabeza solo pensaba en una misma cosa. No podía quitármela de en medio.

-¿Quién soy? – Pronunció alguien que posó sus manos en mis ojos quitándome la vista.

Sonreí y llevé mis manos hacia mi espalda hasta dar con el cuerpo de la chica.

-Mmmm… no sé. – Mentí.

Llevé mis manos perfilando sus perfectas curvas.

-¡Eh! – Exclamó. – No seas cerdo, Zayn. ¡Me has tocado el culo!

El sobresalto de la chica hizo que sus manos desapareciesen de mis ojos. Su risa me hizo sonreír.

Me giré sin quitar la sonrisa de mi rostro, pero no había nadie.

Solo el aire que paseaba por esas calles corría a toda prisa entre los árboles y llegaba hasta mi cuerpo.

Todo había sido una simple imaginación. Por un momento creí que ella estaba ahí. Por un momento olvidé todo lo que había pasado estos días atrás.

La quería, y me daba cuenta cada día más, pero era algo imposible.

Necesitaba encontrar a alguien que me valorase por lo que era y no por lo que tenía.

Un clavo saca a otro clavo, ¿no? Pues yo debería de buscarlo.

-Hola, Zayn.

Una voz femenina hizo que abandonase por un milisegundo el estado de shock en el que me encontraba.

Miré el rostro de la chica rubia. Ella estaba riendo, vergonzosa. El rubor de sus pómulos hacía que pareciese aún más dulce.

Sonreí.

-Hola, Taylor.

Ambos nos quedamos quietos y callados en esa calle, sin saber qué hacer ni qué decir.

-¿Te apetece café? – Propuse.
-Sí, por supuesto.

Sonreí a la amable decisión de ella y comenzamos a andar, uno paralelo a otro.

-¿Qué tal te ha ido todo en estos días? – Inicié una conversación.
-Bien. Me he sentido vacía, sola. Pero creo que lo necesitaba…

La miré de reojo, preocupado pero sonreí al destacar ese bien que había dicho al principio de la frase.

-¿Y tú? ¿Qué tal?

Me encogí de hombros. Esa era la perfecta respuesta a la pregunta que me acababa de lanzar Taylor. Ni siquiera yo sabía como estaba.

-¿No estás entusiasmado?
-¿Por qué iba a estarlo?

Taylor frunció el ceño. No entendía nada, era normal.

Me coloqué en frente de la cafetería y abrí la puerta dejando paso a la chica primero. Después la sujeté la espalda y pasé tras ella.

Echamos un vistazo primero y nos decidimos por una mesa acogedora. Ahí no destacaríamos mucho.

-¿Qué quieres? – Preguntó Taylor.
-¿Pides tú?
-Claro, te invito.
-Pues... Café. Con poca leche, por favor.

La chica hacía como si apuntase algo en el aire, cosa que me sorprendió y me sacó una sonrisa.

Después se desplazó unos metros hacia atrás para llegar hasta la barra donde pediría los cafés.

Yo me quedé observando el exterior.

Narra ____

Mi pierna no cesaba de moverse. Mis ojos necesitaban pestañear más de lo normal y mi saliva aumentaba, por no hablar ya del ritmo cardíaco.

El hombre encajaba constantemente los folios y miraba hacia todos los lados del despacho.

Algo malo se estaría pensando decirme, estaba dándole muchas vueltas a todo.

-Su trabajo, señorita, ha sido excelente todo este tiempo. – Comentó Jones. – Pero como la acabo de decir, todo esto que ha hecho es bastante grave, con lo cual, debemos prescindir de usted.
-¡¿Qué?! – Exclamé.
-Sabe perfectamente que en ningún momento pudo mezclar trabajo con sentimientos, y lo ha hecho. Debió pensarlo antes. La imagen de la revista vale mucho más que una aventura con un famoso. Lo siento, señorita
-Jones, no me puede estar diciendo esto enserio, ¿no?

El hombre asintió con la cabeza y, segundos después, se levantó de su silla para acompañarme a la puerta.

Mi preocupante estado de shock me inmovilizaba. No podía moverme de aquel cómodo sillón negro que adornaba el despacho.

-Señorita… - Insistía Jones al lado de la puerta del despacho.

Agarré de nuevo mi carpeta y me levanté con lágrimas en los ojos del asiento.

Comencé a andar lentamente hacia la puerta y me coloqué al lado de Jones.

Le miré una última vez con los ojos empañados y él pareció arrepentido.

-Jones…
-Lo siento, ____.

Abrió la puerta y apoyó su mano en mi cadera para animarme a salir por fin del despacho. Después, cerró la puerta.

Quedé rápidamente en el pasillo, donde estaba Cody sentado en el suelo.

Rápidamente se puso de pie y acudió a mí.

-¿Qué te ha dicho? ¿Qué tal? – Preguntó ansioso.

Le miré con los ojos llorosos y él giró el labio.

-¿Enserio? – Replicó.

Asentí con la cabeza e inmediatamente pasó sus brazos por mi cuerpo abrazándome profundamente.

-Tampoco creo que fuese tan grave, joder. – Dije mientras estaba oprimida contra el pecho de mi amigo.
-No lo es. No sé qué mosca le habrá picado. Esta revista pierde a una gran profesional...

La respiración de Cody y su fuerte latido del corazón en mi oído hizo que me tranquilizase, además de las palabras que me acababa de decir como un cumplido. Ese chico siempre estaba cuando le necesitaba.

Me alejé de su cuerpo y le miré directamente a sus ojos azules.

-Cody… Gracias.

Él coincidió sus ojos con los míos y sonrió ruborizado.

Nuestras miradas estaban contactadas, al igual que todo. Ese chico me transmitía sensaciones tan extrañas.

Sin embargo, todo cambió cuando noté que los labios de ese chico estaban totalmente pegados a los míos, y que sus manos estaban en mi cara. Abrí los ojos que, inconscientemente tenía cerrados, y me percaté de que era verdad. El chico me estaba besando. Ahí, delante de todo el mundo, nos estábamos besando. 

Se separó rápidamente de mí y pestañeé fuertemente incrédula. Después le miré.

La cara del chico era completamente de asombro.

Mi respiración estaba agitada. No podía creerme lo que acababa de pasar.

-¡Hey, chicos!

Una voz animada aparecía detrás de nosotros.

Cody seguía agarrando mis brazos con sus manos y los dos nos mirábamos fijamente. Ninguno de los dos era completamente consciente de lo que acababa de pasar.  

Era Hel. Venía apresurada hacia nosotros. Ambos nos separamos rápidamente cuando la chica se acercó a nosotros.

-¿Qué ha pasado, cielo? – Preguntó.

Yo continuaba incrédula. No sabía qué hacer. Se me había olvidado hablar.

-¿____? – Insistía Hel.
-Voy… voy a tomar café. – Balbuceó Cody.

Le miré en busca de una mirada de complicidad para que me animase a hablar con Hel y contarle todo lo que me había dicho Jones, pero sus ojos azules iban directos a la moqueta que decoraba el suelo de esas oficinas.

La chica agarró mis hombros y agitó mi cuerpo en busca de una reacción.

-Cielo, ¿estás bien?
-Me… han despedido, Hel.

Narra Zayn.

-Y un descafeinado para ti. – Dijo Taylor mientras me ponía el café en frente.
-Gracias. – Sonreí.

Ella tomó asiento mientras soplaba su pequeña taza de café, debería de estar caliente.

-Bueno, ¿Qué era eso tan importante que tenías que decirme? – Pregunté.

La chica comenzó a mover ahora el café sin dejar de soplarle.

Levantó la mirada encima de su flequillo perfectamente alisado y de color rubio. Sus ojos eran impactantes.

Ella sonrió y dejó de soplar acercándose la silla a la mesa.

-¿Tenéis nueva estilista ya? – Preguntó.
-Mmmm, no. – Contesté. - ¿Por qué?
-¡Genial! – Su sonrisa perfecta se dibujó en su rostro.

Mi labio girado daba paso a la confusión de esa pregunta.

-¿Puedo acompañaros?
-¿Al tour?
-Sí, ser de nuevo vuestra estilista.

La sonrisa entusiasta de la chica me contagió y comencé a remover el café risueño.

-No sé, Tay. No es decisión propia, tengo que hablarlo con los chicos.
-¡Tranquilo!  - Exclamó interrumpiéndome. – A ellos ya les he preguntado y a todos les parece genial.
-Entonces… ¿Por qué me lo preguntas a mí?
-¿Acaso te das cuenta? Tu opinión es la que más me importa.
-¿Por qué?
-¿De verdad vas a hacerme pasar este mal momento otra vez?
-¿Sí…? – Dije dando un trago a ese café que ya parecía estar más frío.
-Te quiero, Zayn. Y voy a luchar hasta el último segundo que pueda para conseguirte.

El café se me atragantó cuando escuché a Taylor decir eso. Aclaré mi garganta y la miré. Estaba sonriente, como nunca. Radiante.

Su cara angelical adornada por esa alta y rizada coleta y esos labios color rojo me hicieron estremecerme.


“Taylor” Me dije. “Taylor es la solución. Taylor es el clavo”

PD. Para quien no lo haya visto, ya he subido el capítulo 1 de la novela de Louis al blog :) http://thepastcomeback.blogspot.com 


3 comentarios:

  1. No, Taylor no, rayita si.
    Aaaaa este Zayn, espero que se termine dando cuenta, porque los dos se aman así que....
    Besos <3

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  2. Rayis es la solución, no Taylor.
    Como bien dice chispitas, se aman...
    Sube rapido el siguiente!
    Un beso :))

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  3. zayn, cariño mio parece que ese cafe que te ha traido taylor te ha afectado un poco.. QUE CLAVO NI QUE CLAVO... no t das cuenta de lo mala q es la carol.. q digo mala! mas q eso.. lucha por ______ amo esta relacion novelesca!! :)

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