Capítulo 29.

Estaba en frente del espejo colocándome los pendientes.

-Ya apenas te veo el pelo. – Apareció Hel detrás de mí.

Sonreí y la miré a los ojos a través del espejo mientras me ponía el pendiente que me faltaba.

-Puedo decir lo mismo.

Hel sonrió culpable y se acercó a mí para darme un abrazo.

Le acepté sonriente y me enredé entre su pelo.

-¿Qué tal con Harry? – La pregunté.

-Bien. – Contestó. – Es genial.

Sonreí mientras me separaba de ella.

-Me dijo que… - Hel miró al techo. – Que me fuese con él en el tour por Europa.

El silencio se creó en ese pasillo del piso. Un amargo nudo estaba en mi estómago.

-Hel… - La insistí. -¿Enserio estás pensando en irte?

Hel empezó a masajearse la sien.

-_____, quiero a Harry. Si no me voy con él me arriesgo a perderle.

-Pero, si te vas, sería dejar tu trabajo, tus amigos, tu familia. Todo…  Además, ahora nadie sabe que sales con Harry, pero si te vas con él todo el mundo lo sabrá y…

-A ti también te lo ha pedido Zayn, ¿no? – Me interrumpió mi mejor amiga.

Bajé mi mirada hacia el suelo y entendió que así era.

Hel suspiró y pasó su mano por mi cuello.

-Piensa en lo que le quieres y en lo que ganarías o perderías al irte con él. – Musitó mi amiga. -Olvida lo que pierdes o lo que la gente piense de ti. 

-¿Tú estás segura de que quieres irte?

-Aún no lo estoy, _____. Pero posiblemente me vaya con ellos.

Mis ojos comenzaron a empañarse. Mi amiga se iría con Harry de tour. Me quedaría sola. Sin un gran apoyo.

-¿Y tú? – Preguntó.

-Mi vida está aquí. Quiero mucho a Zayn pero…

El timbre de mi casa interrumpió esa conversación tan tensa y decisiva que estábamos manteniendo Hel y yo.

-Piénsalo, ¿vale? – insistió dándome un beso en la mejilla.

Comenzó a andar hacia el interior de la casa.

Suspiré e intenté salir de mi mente aturdida que se acababa de manifestar. Ladeé un par de veces mi cabeza para poder encajar todo. ¿De verdad se iría?

-Por cierto. – Mi amiga interrumpió mi paso. – Pero si le quieres, piensa que el estar junto a él vale muchísimo más que un simple trabajo. Así que, piénsalo, por favor.

Hel tenía toda la razón. Trabajos habría muchos, pero, ¿chicos como Zayn? Ninguno. Quizás no fuese tan mala idea eso de irse con ellos de tour.

El timbre volvía a sonar. Salí de ese estado de shock y me dirigí a la puerta para abrirla.

-Pensé que nunca me abrirías. - Dijo el chico apoyándose en la pared del rellano.

-Buenas noches, Cody.

Dos besos en las mejillas y de nuevo esa sonrisa increíble se dibujó en su rostro. Me hizo olvidar algo lo que acababa de pasar con Hel.

El chico era algo más alto que yo y por eso mi mirada se desprendía hacia arriba.

-¿Qué te parece si nos vamos? – Preguntó el chico al ver que yo estaba quieta.

-Me parece perfecto.

Un camino por carretera nos llevó hasta una urbanización de alta clase. ¿Quién sería su amiga? No parecía andar mal de dinero para vivir ahí.

Salimos del vehículo y atravesamos ese enorme patio que comunicaba toda la urbanización.

-¿Y tu amiga vivía sola? – Intenté sacar una conversación.

-Sí. O al menos la mayoría de los días. – Contestó el chico guiñándome un ojo y sacando una sonrisa pícara.

Una carcajada salió de mi boca. Qué simpático era Cody.

-No te importa que esté, ¿no? – Preguntó.

-No, no. Para nada.

-Tampoco creo que nos moleste. Debe de tener algún mar de amores, lleva un par de días muy cabizbaja.

Le miré y giré el labio, no sabía qué decir.

-¿Y desde cuando os conocéis? – Cambié de tema.

-Puede que desde antes de nacer. 

Le miré frunciendo el ceño y siguiendo su acelerado paso gracias a sus largas piernas.

Él sonrió y entendió que no había profundizado sobre esa chica lo suficiente.

-Es mi prima. – Contestó.

Un alivio se creó dentro de mí. El por qué no lo sabía.

-¿Por qué sonríes? – Preguntó el chico mientras sacaba las llaves de su bolsillo.

Le miré extrañada. ¿Enserio estaba sonriendo?

-No, por nada. –Contesté nerviosa.

El chico me lanzó de nuevo una sonrisa y empujó la puerta para que pasase yo primero. Después, el me siguió y pulsó el botón del ascensor.

Ambos nos montamos y comenzamos a subir por el armatoste hacia el piso que sería nuestro destino.

-Pues tu sonrisa es preciosa. – Comentó.

El poco espacio que había en ese ascensor se volvió más pequeño cuando dejó escapar eso por su boca.

Le miré de reojo, ruborizada. Él me estaba mirando descaradamente con una sonrisa pícara.

El sonido del ascensor hizo que me sobresaltase y abandonase la tensa situación de ese momento.

-Vamos. – Dijo el chico abandonando el ascensor.

Seguí su paso atravesando el rellano hasta llegar a una puerta. Cody sacó las llaves y las metió en la ranura de la puerta, pero no podía girarlas.

-Siempre me pasa lo mismo con esta cerradura… - Se quejó.

Le miré mientras estaba con una continua lucha con la puerta. No quería reírme, pero mi sonrisa no pudo controlarse.

-¡No te rías! – Exclamó ruborizado.

-Eres gracioso. – Dije sin quitar mi sonrisa de la boca. -Esto es gracioso.

-Esta cerradura está mal. – Se quejó.

-¿Me dejas?

El chico me miró y se apartó de la puerta.

Tras soltar una carcajada de nuevo, puse mis manos en las llaves y las saqué algo de la ranura. Ese sería el 

problema, porque giraron perfectamente.

-¿Ves? No era tan difícil.

El chico entró primero sonriente. Yo le seguí. Unas voces invadían el piso amplio y perfectamente decorado.

Miraba a ambos lados del pasillo mientras que lo atravesábamos.

Cody se paró en seco. Yo me di cuenta y también paré en seco algo más atrás que él. Me acerqué lentamente a su espalda y me asomé para ver qué pasaba.

Mis ojos casi se salen de sus órbitas y mi corazón comenzó a latir a toda prisa.

-¿Zayn? – Pregunté confusa. -¿Qué haces aquí?

Mi cabeza estaba aturdida. No podía cuadrar nada, y menos viendo a esa chica, ya familiar para mis ojos, a apenas unos pasos de él. ¿Qué hacían aquí ellos dos solos?

-______. – Zayn se puso de pie sobresaltado y se acercó a mí. - ¿Y tú?

-He preguntado yo primero. – Dije alejándome algo de él mientras este se aproximaba más a mí.

-Es Taylor, ¿la recuerdas? – Preguntó.

-Claro que la recuerdo. – Mi mirada furtiva hacia la chica la hizo intimidarse y bajar la mirada sintiéndose culpable.

-Entonces, no hay problema. Sé que suena extraño, pero no ha pasado nada. – Dijo él intentándome agarrar las manos. – Te lo juro.

Las retiré en ese mismo instante.

Mis ojos comenzaron a empañarse. Bruscamente, abandoné el piso, dejando atrás a Cody, a su prima y… a Zayn. Pero a este último por poco tiempo.

Bajé las modernas escaleras del edificio lo más rápido que pude. Los pasos de Zayn detrás de mí hacían que mi paso se acelerase y bajase lo más rápido posible.

Aterricé en el rellano, el cual atravesé rápidamente para salir a la calle. Miré a ambos lados y me quedé pensando en qué camino tomar.

Justo cuando me decidí por el de la derecha, alguien tomó mi brazo y me impidió que me pudiese andar.

-Espera joder. 

Mi cuerpo se giró forzado por las manos de Zayn, y mis ojos se penetraron en los del chico, deseoso por darme explicaciones.

-¿Y tú? – La voz de Zayn se elevaba mientras apretaba fuertemente mi brazo. -¿Qué hacías ahí con ese chico?

-Es solo mi compañero de trabajo.

-¿Y yo no puedo pensar mal? Estabas entrando en la casa de un tío.

-¡Sólo me invitó a cenar! – Exclamé intentando soltarme del chico.

-Y yo solo hablaba con Taylor.

-Mira, olvídalo, ¿vale?

-¿Qué lo olvide? – Zayn bajó algo el tono de voz.

Asentí con mi cabeza.

-¿Quieres que me olvide de ti? – insistió el chico.

-Quizás prefieras quedarte con la rubia esa.

-Pero...

Solté mi brazo de la mano de Zayn y, de mala gana, comencé a andar la calle arriba.